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La práctica diaria de las afirmaciones es un buen ejercicio. Las afirmaciones ayudan a fortalecer a una persona si se hacen con la intención positiva de hacerlo. Sin embargo, a veces las afirmaciones pueden dar los resultados contrarios.

 El punto de partida

 

Una forma de ejercitar la técnica de la afirmación es a través de la declaración verbal. Verbalizar afirmaciones positivas para describir y relacionar un tema en particular sería muy efectivo si se hace de manera consistente y continua. 

 

Cuando la afirmación se verbaliza, a menudo la mente subconsciente la absorbe y produce una respuesta positiva. Sin embargo, demasiada afirmación cuando no es realmente merecida hará que el individuo que la recibe se sienta demasiado confiado e incluso egoísta.

 

El uso de la técnica de la afirmación es una gran manera de motivarse a uno mismo o a los que le rodean. En una situación desesperada o de crisis, esta forma útil de mantener la mente nivelada y centrada es una ventaja. 

 

Desgraciadamente, para la mayoría de las personas la afirmación se utiliza más de forma negativa que positiva. Al afirmar repetidamente una afirmación negativa tanto verbalmente como en el proceso de pensamiento, esta afirmación está en efecto jugando un papel convincente y eventualmente produce el resultado negativo que pregona. 

 

Las afirmaciones incrustadas en el consciente y el inconsciente tienen un funcionamiento similar al de un sistema informático. Esto significa que el ordenador sólo puede funcionar con los programas que se le han proporcionado. Pedirle al ordenador que haga un trabajo con el que no está familiarizado simplemente no sucederá y no puede suceder.

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