«La maldición que ningún ser osa nombrar ha unido a un Maldito y una humana. Pasión, sangre, sexo y traición envuelven en una bruma lo que hace siglos no se creía que volvería a ocurrir. La Rosa Cobalto, ha vuelto a florecer. »

No es solo la sensación: ella puede notar los ojos puestos en su piel, en su nuca… en su alma. Siente la vibración de esa mirada inexistente. Como la sigue, la vigila desde la oscuridad aunque sepa que no hay nadie allí. Y así Camille Bitterlone pasa los días, creyendo volverse loca, víctima de su propia mente, del insomnio, de las pesadillas que forman parte de las pocas horas que logra conciliar el sueño.

Una noche un encuentro fortuito desatará el caos en su vida y en la existencia de seres que ni en la peor de sus pesadillas se habría imaginado que pudieran existir, convirtiéndose en el objeto de deseo de uno de los Malditos más antiguos y temibles de la faz de la tierra.

Los Malditos llevan siglos envueltos en una batalla por la venganza y el honor desde hace mucho heridos, y lo que no se podría imaginar Eirík, es que la humana a la que ha decidido hacer suya, ya le pertenece a otro…

Bryan ha relegado de su propia raza desde hace una eternidad, manteniéndose al margen de clanes y familias de Malditos que todavía coexisten entre los mundos. Ha creado sus propias reglas y directrices, y su trabajo de sicario le provee de lo necesario para mantenerse oculto y seguir con su existencia.

Obligado a acudir a una gala para su “benefactor” más importante, conocerá a la humana que cambiará por completo sus siglos de oscuridad, y ella pasará a ser el centro de todo su universo. Él está dispuesto a mantenerse en la distancia, a no llevarla al mundo oscuro y sombrío que le rodea, sin saber que la conexión nacida entre los dos no es únicamente suya: ella le siente, percibe su fuerza aun sin conocer su significado, y la unión entre ambos, hace mucho ha sido sellada.

No obstante, el Maldito no dejó atrás su pasado entre los de su raza; para poder escapar de su mundo, se enfrentó al mismísimo líder de su clan, a sabiendas de que nunca se libraría de él, no al menos, hasta que uno de los dos dejara de existir… y Camille se acaba de convertir en la única meta a alcanzar.

La maldición que ningún ser osa nombrar ha unido a un Maldito y una humana. Pasión, sangre, sexo y traición envuelven en una bruma lo que hace siglos no se creía que volvería a ocurrir.

La Rosa Cobalto, ha vuelto a florecer.