Bernardo Domínguez Martín

Esta obra narra los mejores momentos de la vida de Rodrigo, supuesto hijo bastardo del Rey Prudente, Felipe II, que es entregado en adopción, después del destete, a la familia de un hidalgo portugués que vive en la capital lanera, Burgos. Pasados ocho años, dicha familia tiene que huir de la ciudad. Su protector, el que será el primer Duque de Pastrana, se entera de una conspiración que pretende apoderarse del niño con el fin de obligar al Rey a hacer concesiones a los sublevados Flamencos. Un tiempo después, coincidiendo con el regreso de Rodrigo de uno de sus viajes, se produce en la Corte una segunda conspiración que pretende matar al protagonista, cuya identidad ha descubierto un espía en Amberes. Se pretende con esta acción que no pueda hacer sombra al legítimo hijo del Monarca. Los padres de Rodrigo son ayudados por el noble Ruy Gómez para que éste desaparezca de la casa paterna. Se refugia un tiempo en Oña y pasa por la Corte camino de Sevilla, donde embarca en busca de su amada, que marchó a las Indias. Llega a Cartagena de Indias, donde se casa con la hija de un rico comerciante. A los pocos años se instala en Valladolid con su nueva familia, volviendo posteriormente a las Indias como oidor y para vender sus propiedades. Al regreso a la ciudad del Pisuerga, es propuesto como juez en la Chancillería de la ciudad y como un miembro más del Consejo de Órdenes Militares. Al final de sus días deja sus cargos y se retira a sus propiedades rurales.

Difundia Ediciones

Tres momentos en la vida de un bastardo

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