Este es uno de esos libros que no sabías qué tenías que leer hasta que lo lees. Excelente ensayo que permite ampliar la perspectiva.

Me gusta su redacción y lectura, la manera en que informa a cerca de los diferentes tipos de feminismo desde su experiencia, tomando en cuenta toda circunstancia desde lo cultural, lo temporal, la moda, la religión, entre otros factores, sin enfocarse al feminismo radical pero si tomándolo en cuenta porque depende la circunstancia es la solución; sin duda leeré más sobre esta autora.

Inteligentemente describe la discriminación de las mujeres musulmanas migrantes y que, paradójicamente, las chicas más jóvenes, bajo un barniz cautivador y defendido su singularidad, en vez de unirse a la lucha contra el machismo imperante, se suman al adoctrinamiento religioso. Muy recomendable para tener otro enfoque de la problemática.

Qué maravilla de ensayo. Las palabras de Najat me han hecho cuestionar mi posicionamiento sobre el feminismo decolonial. Realmente escucharla ha sido revelador porque, como bien dice la autora, nosotras que no hemos crecido bajo el zapato del islamismo no podemos venir a decir ahora que las luchas de las mujeres deben estar limitadas a nuestro espacio cultural o territorial. Me falta mucho por aprender de ambos lados, pero, sin duda, su voz me ha hecho plantearme dudas importantes sobre el relativismo que vivimos en esta era postmoderna. Lxs invito a leerla también.

Excelente. Una cabronaza esta señora. Felicidades.

Claro, interesante, rápido de escuchar. Da cultura y herramientas para participar en el movimiento feminista global.

Escritura y lectura necesaria para visibilizar el feminisml desde otra perspectiva. Valiente manifiesto de la autora.

Interesante crítica al feminismo islámico , al relativismo y en general a la violencia de género dentro de la religión de Mahoma.

Me pareció completamente acertado que se haya colocado ese título porque la autora manifiesta sus reflexiones sobre el feminismo islámico y la postura de la cultura blanca occidental al respecto. En ese sentido considero que me quedé corta de entendimiento. Porque no logré complejizar todas y cada una de sus manifestaciones dado que no soy musulmana ni tampoco una blanca occidental. Pero en su extensión, Najat El Hachmi logró dos cosas de facto: la primera, incomodarme por mi posición. La segunda, incendiar mi corazón por sus planteamientos.

Total lucidez sobre los conceptos de feminismo, identidad, fobias y las tergiversaciones de estos para continuar con la opresión hacia las mujeres.