Moriré en dos minutos, ella lo hará en cinco. Si soy su asesino o no es irrelevante. Busque entre estas palabras y ayúdeme”
Vidas sometidas. Vidas rotas. Vidas sin justicia.
¿Puede existir reparación? ¿Puede el destello de la serendipidad, a través de un crimen ajeno, reconfortar caminos?
Xoxé Avellaneda no tiene elección. La de Elena Márquez está condicionada.
El día de su regreso como inspectora, Elena Márquez observa impotente el suicidio de un anciano, a sus pies, mientras requiere su ayuda.
Esa misma mañana, Xoxé Avellaneda, policía retirado de Lugo, se presenta ante ella con un audio de voz y su vida comprometida.
Ambos hombres parecen conectados por un hilo invisible que conducirá a Elena Márquez por los caminos secundarios de crímenes inconexos. Incluso hacia el que lleva su propio apellido.
Mientras, a su alrededor, todo parece una broma pesada que sirve para azuzar los daños que cada uno lleva en la sangre y sacarlos a un exterior donde es bastante improbable encontrar consuelo.
Con las investigaciones oficiales suspendidas, deberá conducir una senda paralela, junto con Avellaneda, en busca de una verdad que parece demasiado sucia y demasiado importante.

*Serendipia es el descubrimiento o el hallazgo afortunado, valioso e inesperado que se produce de manera casual, o cuando se está buscando una cosa distinta.